Quiénes Somos
En el año 2000, como regalo de mis padres, recibí mi primer CD.
Un regalo de navidad, compacto y pequeño, con una portada blanca, unos dibujos animados con una paleta de colores verdosa y el grafiti rojo que indicaba el nombre de la banda y contrastaba radicalmente con todos los otros elementos. El homónimo de Gorillaz:

Maravillado (y aterrado) por los dibujos, los videoclips y las melodías pegajosas, ese evento supuso el inicio de una cercanía a la música y al formato físico. Cuántos de nosotros no escuchamos historias de nuestros padres, familiares, amigos, de una época donde los "Long Play" eran un furor junto a los singles de 45rpm o cuando la portabilidad del cassette maravillaba a las fiestas o, ya más próximo a nosotros, los "discman" se convertían en nuestra compañía junto a la precisa selección que teníamos en CDs originales, piratas o MP3.
Los años venideros, junto al Internet, supuso una ventana a un sinfin de sonidos, tanto como para recordar esos sonidos que uno escuchaba de pequeño, corroborar los nombres y las canciones, como también para acceder a un mundo nuevo y diverso musicalmente.
Los años venideros, junto al Internet, supuso una ventana a un sinfin de sonidos, tanto como para recordar esos sonidos que uno escuchaba de pequeño, corroborar los nombres y las canciones, como también para acceder a un mundo nuevo y diverso musicalmente.
La ansía juvenil y melómana obligaba a escuchar más, conocer más, y también a volver a "tocar" la música. En mi casa tuvimos cassettes y cds; jamás vinilos. Por ello, en mis primeros sueldos, la compra de una tornamesa era algo obvio e inevitable.

Tenía que inaugurar la nueva compra con una joya querida por años y que viciosamente escuchaba en loop desde hacia meses. Les enseño esto porque así comienza Thrills; con el mismísimo camaleón.
Desde hace 3 años que con Thrills nos hemos encargado de traer distintos vinilos y cds, de diversos géneros y de distintas latitudes; Novedades, clásicos, ediciones especiales, rarezas. Nuestro fin siempre ha sido (y siempre será) acercar la música en formato físico a todos aquellos con quienes compartimos este gusto y fijación. Porque a fin de cuentas, detrás de cada prosa escrita, de cada letra poética, de cada nota ejecutada precisamente o no, encontramos un reflejo de nuestros vivres, de nuestra memoria y de nuestras pasiones. Y que bonito es encontrar lugares donde podemos compartir eso. Espero que Thrills sea esto (y ojalá más) para ti.
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José.